sábado, 27 de marzo de 2010

los héroes de España....

Hace unos días,improbable lector,estaba viendo las imágenes de las honras fúnebres del policía francés asesinado por esa banda de criminales cutres salchicheros etarras (ya no se les puede denominar de otra manera pues cada vez se parecen más a los macarras del GRAPO), y me asaltó la envidia....
Me asaltó la envidia porque era el primer policía francés abatido y la republicana Francia le concedía la mas alta condecoración posible: la Legión de Honor.
Con ese acto, nuestros vecinos del norte, que como debe ser, nunca han sido santos de mi devoción, nombraban oficialmente "héroe" al caido en acto de servicio...  "igualito que en España"  pensé yo... y es que en esta piel de toro llevamos 1000 caidos y literalmente se han muerto ,ellos asesinados y sus familiares de asco. Asco porque el Estado pasó de ellos haciéndoles anónimos no reconociendo el caracter heróico de haber dado su vida por defender España y por ende nuestra Constitución...
Pero esto, improbable lector, no es un problema de éste u otro gobierno, es un problema endémico de los españoles desde que España es España e incluso antes de serlo...
No hay mas que mirar la historia de nuestra nación para convencerse de que los españolitos somos unos cabrones con pintas a la hora de reconocer los méritos de otros compatriotas, y es que la envidia es muy mala...

Examinemos algunos ejemplos que quizás no conozcas (mis disculpas por adelantado si no es así):

- La época de la conquista está llena de héroes anónimos, conquistadores que exploraron tierras desde el estrecho de Magallanes hasta California, digo explorar, no matar indios... porque claro está que eso fué lo único que hicieron los españoles en América, matar indios. Pues no, eso no es cierto, Magallanes que era Portugués al servicio de la corona Española, dió la vuelta al mundo con su tripulación, Juan Sebastián Elcano y 22 hombres más supervivientes de la tripulación fueron héroes que dieron la vuelta al mundo por primera vez llegando a comerse los cueros de sus zapatos, descubriendo las islas filipinas y cruzando el pacífico en 1.522, Juan Sebastián Elcano, concluyó el viaje cruzando el índico. llegando al puerto de Sanlucar de Barrameda. en esa misma época Francisco de Orellana, descubre navega y explora el Amazonas y la Selva amazónica!!! ( Casi 6.000 kms!) en el siglo XVI y muere en el intento.


Blas de Lezo y Olavarrieta,una de las mayores injusticias históricas que ha cometido España y que poca gente sabe quién es. Las hazañas de este almirante son verdaderamente de película. Derrotó a los ingleses de forma bochornosa , siempre en inferioridad numérica, fué un genial estratega, incluso luchó contra los piratas en Argelia y Estambúl. En Cartagena de Indias es muy famoso y se cuenta la hazaña del almirante español con orgullo propio (esto es especialmente triste) a los turistas al visitar la fortaleza, pues venció a los británicos, a quienes humilló de nuevo (guerra de la oreja de Jenkins). La flota inglesa, la agrupación de buques de guerra más grande que hasta entonces había surcado los mares (2.000 cañones dispuestos en 186 barcos, entre navíos de guerra, fragatas, brulotes y buques de transporte, y 23.600 combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica, más 4.000 reclutas de Virginia bajo las órdenes de Lawrence Washington, por cierto medio hermano del futuro libertador George Washington), superaba en más de 60 navíos a la Armada Invencible de Felipe II. Esta flota ha sido la segunda más grande de todos los siglos, después de la armada que atacó las costas de Normandía en la Segunda Guerra Mundial. Para hacerse idea del mérito estratégico de la victoria, baste decir que las defensas de Cartagena no pasaban de 3.000 hombres entre tropa regular, milicianos, 600 indios flecheros traídos del interior, más la marinería y tropa de desembarco de los seis únicos navíos de guerra de los que disponía la ciudad.

Si esta gente hubiese nacido en las islas británicas o en Francia, nos habríamos hartado de oir sus nombres y de ver películas sobre sus historias. Por cierto, a mi no me importaría que se hiciese alguna peli sobre ellos, se sabe muy poco y a mi personalmente me parece muy interesante. Mira al Dr. Livingstone, que lo único que hizo fue perderse en la selva, y los ingleses le tienen endiosado.

Y que me dice usted de los héroes de Baler (Filipinas)mas conocidos cómo "los últimos de Filipinas" que si no llega a haber una peli hecha en 1945, no se acuerda de ellos ni "la Charito"...por cierto,si el improbable lector tiene curiosidad por saber quiénes eran, les diré que fueron 50 hombres al mando del Teniente Saturnino Martín Cerezo  y que perdieron la mitad de sus efectivos, pero no los derrotaron...

Pero los españoles nos empeñamos en conocer bien todo lo referente a derrotas,traiciones y felonías cometidas por nosotros mismos y eso sí que lo explotamos hasta la saciedad....quién no conoce derrotas como Trafalgar o Rocroi, a reyes patanes como Fernando VII o su padre Carlos IV,y a los validos "vendepatrias" como Godoy,hasta incluso nosotros mismos asumimos la gran mentira de "la leyenda negra" y nos hemos creido que la inquisición española fue la mas cruel de la historia cuando eso no es verdad ni de lejos....

Los Estados Unidos tienen un cementerio para sus héroes (Arlington),si va usted a Paris o a Londres le recomiendo que visite en Paris Los Invalidos y en Londres su torre o el Imperial War Museum y verá cómo tratan esas naciones a sus héroes y cómo tratamos nosotros a los nuestros (el museo del ejército español esta cerrado por el actual gobierno)....la verdad es que da envidia....yo a veces me pregunto cómo nos vamos a sentir orgullosos de ser españoles si nos empeñamos en ningunear a los que dan la vida por España o incluso a los que dan la vida por la España que ellos querían construir,estuviesen o no equivocados y aqui me estoy refiriendo a los héroes de la guerra civil española,a los héroes de los dos bandos,pues hasta en la guerra civil hay héroes con ideologías contrapuestas, basta citar al capitán D.Santiago Cortés González en el asedio del Santuario de Santa María de la Cabeza (bando nacional) o al general D. Antonio Escobar y su heróica demostración de lealtad a la república que le costó la vida,ambos militares miembros de la Guardia Civil.
Por eso cuando veo a otros paises honrar a sus héroes me da envidia,porque la historia de España está cuajada de héroes y nosotros miramos para otro lado pese a que los héroes dieron lo más valioso que tenían...
En fin, no quiero quemarme más la sangre escribiendo estas líneas,pero España si que tiene una deuda histórica con los 1000 héroes que cayeron en la lucha contra ETA y se merecen un Arlington a la española como un castillo de grande y hasta que la democracia no rinda honores a esa gente, esta democracia será una mal nacida, porque como dice el sabio refrán "de bien nacidos es ser agradecidos".
PD: la primera mujer convertida en heroína por ETA fue una niña de 20 meses....¡¡QUE MACHOTES!!!

DELENDA EST CARTHAG0

domingo, 14 de marzo de 2010

de qué me suena esa cara....

Estimado e improbable lector:
No he podido evitar la tentación....tengo que plagiar...y es que hay cosas que debiera haber escrito yo porque es lo que pienso, pero viene un tipo que te da mil vueltas y lo hace antes....
Joder, y es que llevaba tiempo pensando en hacer una entrada en el blog acerca del tema y ha venido Javier Marías y me lo ha chafado todo sencillamente porque lo ha hecho él  y no yo, y como de ninguna manera puedo mejorar lo que Marías ha escrito paso con todo el dolor de mi corazón y todo envidioso (no existe la envidia sana) a reproducirlo literalmente:

"He oído contar que algunos ministros, subsecretarios, presidentes autonómicos y alcaldes, cuando pierden sus cargos, atraviesan un periodo de depresión y sobre todo de desconcierto. No es sólo que de repente nadie los llame, tras haber pasado una temporada de su vida agobiados y halagados por la actividad frenética y las peticiones; no es sólo que dejen de sentirse fundamentales y se perciban súbitamente como inútiles, y que ya no se solicite su presencia hasta hacía poco tan codiciada; ni siquiera que carezcan de poder decisorio tras haberlo disfrutado e incluso haber abusado de él sin escrúpulos. Al parecer se quedan perplejos al encontrarse sin ayudantes ni secretarios ni telefonistas, al tener que hacer por sí mismos las cosas más normales. Recuerdo que me hablaron de uno que se quedó estupefacto cuando redescubrió que le tocaba ir al estanco si quería tabaco, acostumbrado como había estado a que se lo trajera un ordenanza y a no molestarse nunca con los recados de la vida diaria; cuando volvió a encontrarse con dificultades para pillar un taxi en hora punta, después de años con un coche oficial a su permanente disposición; cuando se vio haciendo cola para la ópera o para un teatro, tras haber gozado de la seguridad de un palco en cualquier espectáculo que se le antojara ver.
Me acordé de esto hace unos días cuando vi en televisión, en segundo término (ella no era el objeto de la noticia), a una ex-ministra bastante reciente y me costó caer en la cuenta de quién era. "Esta cara me suena mucho", pensé, "¿de qué la conozco?", sin ni siquiera estar seguro de si era alguien a quien había visto en la vida real o sólo en fotos y telediarios. Tuve que hacer un inverosímil esfuerzo para ponerle nombre: "Ah, claro, pero si es aquella ministra que tanto dio que hablar y a la que contemplábamos a diario en la prensa, en realidad hace muy poco". Es cierto que esto puede ocurrirnos con cualquier rostro "famoso" que se pasa de moda: el de un actor o un cantante, el de un deportista una vez retirado, el de un escritor o un pintor célebres. Todos nos hemos sorprendido alguna vez, de hecho, al leer la necrológica de alguien a quien creíamos muerto hacía siglos. La última vez que me sucedió fue con la actriz Jennifer Jones, fallecida hace unos meses, y a quien casi creía enterrada desde que la mató Gregory Peck en Duelo al sol, cuando interpretaba a la vehemente mestiza Perla Chávez. En nuestra época es inconcebible la rapidez con que se fagocita y olvida todo, a la cual contribuye, además, la proliferación de torneos, acontecimientos, galas, hitos y premios. ¿Qué película ganó el Oscar del año pasado? Me resulta imposible recordarlo a bote pronto, más aún quiénes se llevaron los de mejores actor y actriz, y eso que me gusta el cine. Sé qué equipo se alzó con la última Copa de Europa porque fue español, el Barcelona, pero si me preguntaran por el anterior campeón tendría que hacer un considerable esfuerzo de memoria y aun así me cabrían dudas. Lo mismo me sucede con el último vencedor del Tour, un español, pero en modo alguno sé quién lo antecedió en ese podio. En cuanto al Premio Nobel de Literatura, está reciente su concesión a Müller, pero si debo decir quién lo obtuvo en la anterior edición, hay un blanco en mi cabeza. ¿Qué decir del Cervantes o del Príncipe de Asturias, del Nacional de Narrativa o del de la Crítica? Por no hablar de los incontables premios que organiza el Grupo Planeta y que suelen ir ganando los mismos autores en rueda (el propio Planeta, el Primavera, el Nadal, el Biblioteca Breve, el Fernando Lara y qué sé yo cuántos más). ¿Quién ganó la Copa de la UEFA? Ni idea. ¿Y la Vuelta a España? ¿Y los más recientes Wimbledon y Roland Garros? ¿Y los Festivales de Cannes, Venecia, Berlín o San Sebastián? No hablemos de los Goya del año pasado, o de los Bafta, o de los César, o de los Golden Globe Awards y los Grammy. Casi nadie recuerda nada y a casi nadie le importa, más allá de un minuto. La gente se afana y trampea por triunfar en competiciones u obtener distinciones que cada día dejan menos huella, entre otras razones porque hay demasiadas y nuestra memoria no da abasto. Ganar o perder viene a dar lo mismo.
Si esto ocurre con quienes más o menos dependen de su mérito, ¿cómo es que los políticos son tan arrogantes e ingenuos para creer que sus personas tienen alguna importancia? ¿Cómo es que se los ve tan satisfechos y envanecidos, a menudo tan farrucos y desdeñosos, si deberían estar muy al tanto de que sólo los ha elegido un gerifalte de su partido y de que a la mayoría no los conocía ni dios antes de que los designaran para tal o cual cargo? Los que tienen "tirón electoral" son cuatro gatos, y el resto está donde está de prestadillo, por capricho, amistad o pacto. Todos son carne de olvido. ¿Quién recuerda hoy a los ministros de González o Suárez, no digamos a los de Franco, con alguna excepción que confirma la regla? ¿Quién recuerda a quienes se sintieron casi omnipotentes un día? Todos deberían mirarse cada mañana en el espejo y decirse: "Estoy aquí para prestar un servicio y por mí mismo no soy nadie. Mi destino es volver a ir por tabaco al estanco y vérmelas y deseármelas para encontrar un taxi, como cualquiera de esos ciudadanos a los que hoy mando y maltrato. Dentro de un tiempo esta cara aparecerá por azar en la televisión y la gente se dirá “Me suena”, y ni siquiera acertará a ponerle mi nombre".
JAVIER MARÍAS ("El Pais" 14/03/10)
PD: Por cierto, improbable lector...no tengo ni idea de quién es la tía que sale en la foto...tú si??? ;-))))
DELENDA EST CARTHAGO






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